jueves, septiembre 15, 2005

CriSiS vOcACioNal


Creo que esto es serio. Ayer disfutaba de mis pseudo-vacaciones de septiembre junto a mi madre en casa, comiendo unos completos hechos con el cariño que sólo brinda una madre. Ella angustiada porque no quería que muriera Dante en el final de Brujas. Yo angustiado porque mi novia todavía no hace contacto conmigo desde España. Al terminar la teleserie del momento, entre el infalible casorio y la guagua, mi madre comienza a despotricar contra las teleseries del 7 y yo lo único que estoy pensando es cómo lo voy a hacer con el paciente que debo atender el jueves por la tarde. Entonces vuelvo a caer en el abismo que se ha convertido acordarme de mi futura "profesión", aquella protociencia que me debería dar de comer hacia adelante. Y entre reflexión y mayonesa, suenan unos tambores y resuenan unos motores.
Comenzó Gatas&Tuercas y las pechugas se confunden entre las ruedas... al final son todas recauchadas, pienso. Medito un poco sobre lo que estoy viendo y de alguna manera me voy enredando en un pasaje superficial pero atractivo. Y debo confesar... no vale la pena seguir escondiéndolo o racionalizándolo con justificaciones insensatas. Sí... confieso... me hubiera encantado ser actor de teleseries. Entonces recuerdo las clases en el psiquiátrico sobre el Narcisismo primario, los trastornos de personalidad y todos los chuchetas maniacos que conocí en aquel safari. Algo de eso debo tener, pienso otra vez, mientras Diego Muñoz se come a cuatro minas al mismo tiempo... no me refiero a la capacidad de rematar a cuatro mujeres, sino a el gusto por las cámaras y la exposición. Subo agobiado al segundo piso a ver cómo ha avanzado el concierto de Radiohead en Salamanca 2002 que estoy bajando desde la mañana y me encuentro con Daniel en el MSN. Después de hablar estupideces dentro de las cuales se incluyen nuestros estados de ánimo, hablamos de la teleserie y de nuestros descubrimientos paralelos... !Deberíamos haber sido artistas! Quiero ser amigo de Mariana Loyola, ser el confidente de Carola Varletta, andar a caballo con Camiroaga, comerme un asado en el patio del Kike, pasar a hacer hora al departamento de Felipe Braun y tomarme unas chelas con Diego Muños y Luciano Cruz-Coke. Entonces despierto... me llaman por teléfono, es una compañera de la u que me avisa que este jueves el consultorio de la u estará abierto y que debo ir a atender normalmente. Un vacío me come desde adentro, y entonces ahí estoy yo, detrás de un escritorio escuchando con el 10% de mis sentidos un problema que sale de la boca de alguien... algo que se podría curar con un palmetazo o con un buen chiste, pero que por supuesto sería algo que incomodaría a mi Pepe Grillo: el código de ética.
Sí... estoy en problemas... tengo una crisis vocacional y debo asumirlo... por lo pronto unas chelas en el Baricomio y un disco nuevo que se ha bajado.

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